Los arquitectos EDIFICAMOS.
Por Arq. Armando Carranco
Hernández
Escribo este texto como reflexión
sobre la discusión presentada en días anteriores con motivo de la revisión del
Plan de Estudios 99 de la licenciatura de Arquitectura de la Facultad de
Arquitectura de la UNAM respecto a la polémica sobre el nombre mas adecuado con
el que la materia que el Área de Tecnología participa en el Taller de
Arquitectura, que actualmente se denomina ‘Construcción’ y que algunos
profesores han propuesto sea denominada ‘Edificación’, propuesta a la cual me
sumo.
También quiero agregar que aunque
es muy útil usar un buen diccionario en ciertos casos, no me parece lo más
indicado para situaciones donde se busca algo más allá de la simple definición,
sobre todo si estamos hablando de cualidades esenciales de alguna disciplina
científica, técnica, social, etc. que tiene su propia teoría y lenguaje. Es el
caso de la arquitectura.
Quiero abordar el tema desde dos
puntos de vista, el lingüístico-etimológico y el histórico- filosófico.
Como se comentó en la discusión
del Colegio Académico, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
señala que:
Construcción: (Del lat. construĕre).
1. tr. Fabricar, edificar, hacer de nueva planta una obra de arquitectura o ingeniería, un monumento o en general cualquier obra pública.
2. tr. En las antiguas escuelas de gramática, disponer las palabras latinas o griegas según el orden normal en español a fin de facilitar la traducción.
3. tr. Gram. Ordenar las palabras o unirlas entre sí con arreglo a las leyes de la gramática.
Edificar: (Del lat. aedificāre).
1. tr. Fabricar, hacer un edificio o mandarlo construir.
2. tr. Infundir en alguien sentimientos de piedad y virtud.
3. tr. Establecer, fundar. Kant edificó un sistema filosófico propio.
Construcción: (Del lat. construĕre).
1. tr. Fabricar, edificar, hacer de nueva planta una obra de arquitectura o ingeniería, un monumento o en general cualquier obra pública.
2. tr. En las antiguas escuelas de gramática, disponer las palabras latinas o griegas según el orden normal en español a fin de facilitar la traducción.
3. tr. Gram. Ordenar las palabras o unirlas entre sí con arreglo a las leyes de la gramática.
Edificar: (Del lat. aedificāre).
1. tr. Fabricar, hacer un edificio o mandarlo construir.
2. tr. Infundir en alguien sentimientos de piedad y virtud.
3. tr. Establecer, fundar. Kant edificó un sistema filosófico propio.
La conclusión en ese momento fue
que la palabra ‘Construcción’ era mas adecuada para denominar el Taller en
discusión porque “abarcaba un campo de acción más amplio que actualmente
abordan los arquitectos”.
Sin embargo, aquí encontramos la
primera disyuntiva. Si revisamos las raíces etimológicas de ambos términos nos
damos cuenta de una diferencia sustancial.
En el caso de ‘Construcción’, la
raíz etimológica proviene del latín construere, del mismo significado
derivado de struere ‘amontonar’ con el prefijo con-. Si en lugar
de este prefijo, usamos dis-, formamos destruere --destruir--,
con el sentido exactamente opuesto. Si en cambio, utilizamos el prefijo in-,
tenemos instruere --instruir--, lo que de alguna forma significa
‘construir interiormente’. También podemos usar el prefijo obs-, que
normalmente significa ‘delante’, con la idea de obstáculo, y formar obstruere
--obstruir--, o sea, ‘amontonar para impedir el paso’.
El vocablo original struere, mencionado
arriba, se originó en la raíz indoeuropea stru-, a partir de la cual se
formaron otros vocablos del latín y, consecuentemente, de nuestra lengua, tales
como industria, estructura e instrumento.
En el caso
de la palabra ‘Edificación’, deriva de Edificio,
del indoeuropeo æde –fuego-- y del latín facere
–hacer-- que quiere decir hacer el fuego, lo que no debe extrañar cuando se sigue diciendo
hogar a la vivienda.[1]
Desde el
punto de vista etimológico está claro que ‘Edificar’ es más apropiado pues
alude a una condición esencial del hacer arquitectónico: la habitabilidad. Fin
último del arquitecto de acuerdo a lo expresado por el maestro José Villagrán.[2]
Otros
idiomas como el inglés o el alemán no perdieron esa acepción. Martin Heiddeger
en su célebre ensayo de 1951 traducido popularmente al castellano como Construir, habitar, pensar se tituló en
su original alemán como Bauen, Wohnen,
Denken. El mismo Heiddeger define el sentido original del Bauen de la siguiente manera: La
exhortación sobre la esencia de una cosa nos viene del lenguaje, en el supuesto
de que prestemos atención a la esencia de este lenguaje. Sin embargo, mientras
tanto, por el orbe de la tierra corre una desenfrenada carrera de escritos y de
emisiones de lo hablado. El hombre se comporta como si fuera él el forjador y
el dueño del lenguaje, cuando en realidad es el lenguaje el que es y ha sido siempre el señor del hombre.
Tal vez, más que cualquier otra cosa, la inversión, llevada a cabo por el
hombre, de esta relación de dominio es lo que empuja
a la esencia del lenguaje a lo no hogareño. El hecho de que nos preocupemos por
la corrección en el hablar está bien, sin embargo no sirve para nada mientras
el lenguaje siga sirviendo únicamente como un medio para expresarnos. De entre
todas las exhortaciones que nosotros, los humanos, podemos traer desde nosotros
al hablar, el lenguaje es la suprema y
la que en todas partes es la primera.
¿Qué
significa entonces construir? La palabra del alto alemán antiguo correspondiente
a construir, buan, significa habitar. Esto quiere
decir: permanecer, residir. El significado propio del verbo bauen (construir), es decir, habitar, lo hemos perdido. Una huella
escondida ha quedado en la palabra Nachbar (vecino). El Nachbar es el Nachgebur, el Nachgebauer, aquel
que habita en la proximidad. Los verbos buri, büren,
beuren, beuron significan todos el habitar, el hábitat.[3]
Sin embargo, no confundamos aquí el sentido de la
traducción imprecisa de buan por
construir, pues es una traducción actual que como sabemos hemos utilizado en
castellano construir y edificar prácticamente como sinónimos de
manera imprecisa.
En el caso del idioma inglés también es muy claro
el uso de edificar—to build-- como
actividad propia del arquitecto en lugar de construir –to construct--. Edifico se traduce como building y el verbo es to
build, nunca to construct y la
palabra deriva también del alto alemán buan.
La nueva plataforma de diseño por computadora propia de la arquitectura que
está desplazando los sistemas CAD anteriores se denomina BIM –Building Information Model-- . El mismo
texto de Heiddeger anteriormente citado se tradujo como Building, Dwelling, Thinking. NO
Constructing, Dwelling, Thinking.
Aquí
cabe detenerse a pensar en el aspecto histórico-filosófico de la palabra en
cuestión. Revisando tres obras clave de la literatura teórica de la
Arquitectura encontramos que Vitrubio en
su De Architectura Libri Decem en el
Capítulo III De las partes en que se divide la Architectura en su original en
latín dice que:
Las
partes de la Architectura son tres:
- Aedificatio: Edificación
- Gnomónica: Gnomónica (uso de relojes solares y de agua)
- Machinatio: Maquinaria
Es
decir, lo que hemos traducido y ahora usamos cotidianamente como construcción en su lengua original
siempre fue edificación.
Por esta
razón León Battista Alberti, casi 1500 años después de Vitrubio decidió titular
a su tratado como De Re Aedificatoria
en lugar del De Architectura
vitrubiano, pues siempre consideró que usar la palabra architectura entonces era impreciso pues esa disciplina implicaba
intervenir otros géneros constructivos además de los edificios. Alberti es el
primero en definir el campo de acción del arquitecto actual. En la traducción
al castellano del De Architectura
vitrubiano de José Ortiz y Sanz de 1795 en una nota al pie se menciona que …Baxo el nombre de Architectura se comprende
también la militar y la naval. Vitrubio solo trata de la civil y algo de la
militar, que eran las que regularmente entonces irían unidas. Hoy están
separadas y los Architectos militares suelen llamarse Ingenieros.[4]
Incluso en el Libro Décimo Vitrubio nos describe como construir ballestas,
catapultas, tortugas para llenar
fosos y otros artefactos que Alberti consideró que no eran parte del campo de
acción de los arquitectos ya en tiempos del Renacimiento italiano. También es
de sobra conocido la actitud de rechazo que Alberti manifestó sobre la obra de
Vitrubio en varios aspectos, como cuando llegó
a decir de él que …escribió de una manera
tan poco elegante que los latinos le acusarían de haber querido pasar por
griego, y los griegos de haber hablado en latín, pero en realidad no se mostró
latino o griego, ni, ciertamente escribió para nosotros, ya que no lo
entendemos.[5]
El
título del Tratado de Alberti es mas que elocuente: De Re Aedificatoria, De Edificación.[6]
La
traducción que hizo en 1552 Francisco de Villalpando del Tratado de Sebastián
Serlio, del toscano al castellano utiliza solamente la palabra edificar,
edificio y edificación. Nunca construcción.[7]
Sin embargo,
¿Cuándo empezamos a usar cotidianamente ‘construcción’ en castellano como
actividad propia del arquitecto, dejando de lado el ‘edificar’? Walter Benjamin
nos da una pista cuando afirma que el lenguaje en la modernidad ha llegado a su
tercera etapa a la que llama el lenguaje
humano, donde ha sido desprovisto de su simbolismo original y de su
esencia. Aparece la convención
porque el hombre ha separado la esencia de la cosa. Por eso, las sociedades
modernas explican lo “que quiso decir” el sujeto y “lo que quiso decir de lo
que dijo” y así hasta el infinito. Es el pecado original del lenguaje.[8]
Espero estas
líneas sirvan para reflexionar sobre la discusión.
[1]
Dicccionario Etimológico de la Lengua Castellana, 1ª edición Editorial Gredós,
Madrid, 1961
[2]
Villagrán García José, Estructura Teórica del Programa Arquitectónico, edición
del autor, México 1963.
[3] Heiddeger,
Martin, Construir, habitar, pensar. Editorial Paidós, Barcelona, 1994.
[4]
Vitrubio, Los diez libros de Arquitectura,
trad. José Ortiz y Sanz de 1795, Editorial Akal, Madrid 2008
[5] Agustín Blánquez en la introducción de Los diez
libros de arquitectura de
Vitruvio, Barcelona, Editorial Iberia, 1991, p. 15.
[6]
Alberti, Leonis Baptistae, De RE
Aedificatoria Libri Decem, Florencia 1452.
[7] Tercero y Quarto Libro de Architectura de
Sebastián Serlio Boloñes, Edición facsimilar a cargo del Dr José Antonio
Terán Bonilla, Secretaría de Cultura Gobierno del Estado de Puebla, Puebla
2006.
[8]
Benjamin, Walter. Sobre el Lenguaje en
general y sobre el lenguaje de los humanos en Para una crítica de la violencia y otros ensayos, Editorial Taurus,
Barcelona, 1998.